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¡Prueba de fuego para la OTAN!

La Opinión Gráfica

Juan Manuel Castulovich Ex-viceministro de Relaciones Exteriores e igual número de veces embajador en la OEA opinion@laestrella.com.pa

Cuando han transcurrido más de tres meses desde que el dictador ruso invadiera a la república de Ucrania, la OTAN, se enfrenta al mayor desafío de su historia, que definirá su presente y, para bien o para mal, sentenciará su futuro. Putin, para esconder sus ambiciones imperialistas, que persigue desde que asumió el poder en el año 2000, pero que ha disfrazado histriónicamente tras el subterfugio de las supuestas amenazas que contra de Rusia representaba la OTAN, se aprovechó de la débil respuesta de la alianza cuando se apoderó por la fuerza de la Crimea, y se envalentonó para dar el siguiente zarpazo: controlar política y ocupar militarmente Ucrania, comenzando por su región oriental, conocida como el Dombás.

La estrategia de Putin se basaba en dos cálculos que esperaba le garantizaran “una victoria” en término de días. 1) Su abrumadora ventaja militar sobre Ucrania, cuyas fuerzas armadas fueron reducidas al mínimo, cuando fue obligada a entregar a Rusia sus armas nucleares, a cambio de la promesa, que Putin nunca tuvo la intención de honrar, consignada en el acuerdo conocido como el “Memorando de Budapest”, firmado en 1994, en el que se le prometió respetar su integridad territorial. 2) Que la OTAN y los principales miembros de la Unión Europea, por su dependencia energética de Rusia, solo harían aspavientos retóricos ante la invasión de Ucrania; pero nada más.

Ambas presunciones han fallado. Por un lado, Ucrania, bajo el heroico liderazgo del presidente Zelensky se convirtió en un muro de coraje y determinación que hasta ahora ha puesto en jaque al dictador ruso. Por el otro, aunque la respuesta debió haber sido más rápida y más contundente, tanto la Unión Europea como la OTAN parecen decididas a enfrentar, con acciones cada vez más firmes, la agresión militar rusa y no perecen estar amedrentadas por las baladronadas nucleares del Kremlin y sus obsecuentes portavoces.

La Cumbre del G7, del pasado domingo en Alemania, por reunir a las 7 principales economías del mundo, es esperable que aporte las bases para los acuerdos que deben adoptarse en Madrid, los días 29 y 30 de junio próximos, que deberán tomar en cuenta la abierta provocación del jerarca ruso de ordenar la reanudación de los bombardeos a la capital ucraniana de Kiev. Putin ha cruzado todas las rayas permisibles. Y la OTAN debe enfrentarlo con contundencia. Seguir la tibieza demostrada por las Naciones Unidas, en su momento y con justa razón calificada por el presidente Zelensky de timoratas, sería inaceptable. La congregación en Madrid de cuarenta jefes de Estado y líderes mundiales, o produce resultados y acciones concretas o allí se estaría redactando el epitafio de la OTAN.

Opinión

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2022-06-28T07:00:00.0000000Z

2022-06-28T07:00:00.0000000Z

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